Filosofía & Co. No. 10

Dosier María Zambrano: poesía, vida y democracia en el exilio. Ese viaje largo y decisivo
Varios Autores
Editorial: Taugenit Editorial
Año de Edición: 2024
Páginas: 96

$67.000

«De destierro en destierro, en cada uno de ellos el exiliado va muriendo, desposeyéndose, desenraizándose». Los bienaventurados, María Zambrano

Cuando María Zambrano escribe las palabras que encabezan este texto, lo hace desde la experiencia. Había dejado España, la tierra en la que nació, y había ido viviendo en diferentes países. Más de cuarenta años de destierro. Más de cuarenta años desposeyéndose, desenraizándose. Y en una paradoja que sorprende, conmueve y alivia al mismo tiempo, Zambrano llega a definir el exilio como su patria: «Yo no concibo mi vida sin el exilio que he vivido. El exilio ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida pero que, una vez que se conoce, es irrenunciable», leemos en Las palabras del regreso. El destierro como tierra propia. Su viaje de viajes, de España a Chile, Francia, México, Cuba, Puerto Rico…, configura su vida y un pensamiento íntimamente unido a los contextos políticos e intelectuales en los que Zambrano lo va desarrollando. El exilio supone la tragedia de individuos que tienen que sufrir la sustracción del andamiaje que configura una vida digna, señala Olga Amarís en Una poética del exilio. Hannah Arendt y María Zambrano. Y, sin embargo, plenamente consciente de su contradicción, en Las palabras del regreso, Zambrano escribe: «Confieso que me ha costado mucho trabajo renunciar a mis cuarenta años de exilio […] El exilio es una dimensión esencial de la vida humana, pero […] yo querría que no volviese a haber exiliados […], que no se conociera el exilio. Es contradictorio, qué le voy a hacer; amo mi exilio […] lo acepté; y cuando se acepta algo de corazón […], cuesta mucho trabajo renunciar a ello». 

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