Citas de Lectura
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La propuesta de la editorial Ampersand de una colección dedicada a la experiencia lectora de algunos autores parezca, quizá a primera vista, algo chismosa. ¿Qué leen los que escriben? ¿Cómo leen? ¿Cuáles fueron sus experiencias determinantes en su vínculo con la literatura? ¿Quiénes están detrás de los libros que les resultaron importantes? Pero ¿Por qué nos interesa eso? Hay, tal vez, un deseo de cercanía. En este caso Citas de lectura de Sylvia Molloy nos propone un recorrido sentimental, donde “citas” refiere más a un encuentro personal que a los libros. O acaso ¿las citas bibliográficas no son, también, un diálogo diferido, un registro similar al de una agenda de teléfonos a la cual recurrimos cuando necesitamos saber algo?
El libro comienza con una vacilación, con un olvido: “[…]tampoco puedo decir que el primer libro que leí de chica no fue en español. Ni que era con toda certeza en inglés. En todo caso prefiero pensar que ya entonces se daba en mi un vaivén de lectura, un estar entre lenguas que es mi vida”. Lo que importa ya no es el libro en si —cosa a la que nunca llegaremos— sino una corriente afectiva, algo casi tangible. De hecho, esta tangibilidad se traduce, nuevamente, en una presencia casi física —¿humana? —: “Este libro recuerda encuentros con libros que, por alguna razón, profunda o frívola, me acompañan hasta el día de hoy”. ¿Qué es un encuentro con un libro? Pareciera que algunos tienen una presencia tan fuerte que son capaces de interpelarnos de la misma manera que un desconocido que grita nuestro nombre en la calle. No es difícil imaginarse alguna circunstancia en la que haya pasado ¿Quién no caminó en una librería, entre usados y nuevos, hasta el momento en el que un título parece saltarnos a la vista como si sus letras estuvieran escritas con neón?
Los capítulos del libro señalan, poco a poco, esa “educación sentimental” que prevé la lectura o, al menos, aquella que Molloy recuerda o llega a reconstruir: “Lectura y sufrimiento”, “Encuentros clandestinos”, “Lectura y amor”, “Vocación”, “Libro y amistad”, “Libro y celos”. En ese trayecto, como en una novela de aventuras en la que el héroe va camino a ser lo que ya era, también hay gente: José Bianco, Silvina Ocampo, Jorge Luis Borges, familiares, maestras, profesores y algún encuentro fortuito que provocó, de una u otra manera, una relectura. ¿Relectura de qué? De la identidad, del contexto, de la cultura, de la relación con los libros.