Y la palabra se hizo mujer, o la mujer se hizo palabra

Que la palabra nos reúna, nos invoque, nos alimente
Que la escritura sea la voz de las olvidadas
Que los sueños se junten, se multipliquen y traspasen las fronteras de las innombradas
(MIMG)

Un poco de historia …

En este ejercicio de ser librera, lectora apasionada en lo que a la escritura y a las palabras de las mujeres respecta, nada más importante y necesario que darse a la tarea de indagar sobre el origen de esas palabras, de esa, su escritura que por muchas razones y en especial por las miradas misóginas, machistas y patriarcales; siempre fue relegada al mundo de lo privado, al mundo de lo doméstico; al olvido, al rechazo y también a la indiferencia.

En Historia de las mujeres1Historia de las mujeres. Tomo 4 La Edad Media. Huellas, imágenes y palabras. Bajo la dirección de Georges Duby y Michelle Perrot. Taurus Ediciones “La palabra es asociada desde los inicios a lo femenino. En el paraíso, Eva, la primera mujer, disfrutó de ella antes que Adán, pero la usó indebidamente engañando al hombre, tal y como resaltan los teólogos medievales” (90). En la Edad Media la palabra de las mujeres “es ante todo lo que se deja oír de las mujeres, la palabra que se les atribuye, ampliamente deudora… del discurso masculino, yugo que la mujer que habla pone en evidencia”. La mujer es entonces transgresora por su palabra ya que esta provoca temor y esto se une al temor de su carne y de su deseo desde la visión masculina, la mujer es culpable, pecaminosa porque usurpa al hombre la palabra, peligrosa porque contiene una relación con lo sagrado, lo espiritual y lo místico.

Y es desde allí que la mujer asume la palabra, toma la palabra, ordena y organiza un discurso con argumentos y razones que se valen de elementos bíblicos, por ejemplo, de Esther o de Judith, quienes fueron grandes precursoras. Y el hombre ausculta, espía y vigila: “… en consecuencia, se trata de un lenguaje desprovisto de razón, y si la tiene, es una razón desordenada que no sabe adaptarse a las circunstancias” (91).

Las mujeres escriben desde ese mundo de lo sagrado, lo espiritual y lo místico. Las mujeres reclaman el derecho a la palabra.  Se empieza a reconocer la existencia de algunas mujeres trovadoras, se admite la existencia de otras que escriben como María de Francia o Christine de Pizan, con esta última se entra en el campo de la mujer culta y en el de la espiritualidad femenina. Según Boccaccio, la invención del mundo pasa por las manos y por la palabra de las mujeres.

La palabra de la mujer enunciando secretos de hechicería, de sexo, que se burla negando al hombre la virilidad.  Aparece entonces la censura ¿qué es para la mujer medieval la palabra censurada, según estos planteamientos? Se habla entonces de la impotencia del lenguaje, la palabra de las mujeres escrita y hablada se hace persistente y con prudencia; el lenguaje de los hombres sirve como norma, el lenguaje de las mujeres se presenta como defecto o como desviación. Algunas mujeres son condenadas a la hoguera.

La palabra trágica de las mujeres se hace oír en literatura con Christine de Pizan, pero también con mujeres pertenecientes al dominio de lo sagrado: monjas, beguinas2Las beguinas eran una asociación de mujeres cristianas, de diferentes clases sociales, contemplativas y activas, que dedicaban su vida a la ayuda a los desamparados, enfermos, mujeres, niños y ancianos, y también a labores intelectuales., reclusas, entre otras. Se llenan de contenido las palabras, contenidos que tienen que ver con las emociones, los sentimientos: el grito, la lágrima, el dolor, el silencio; son la constante de este surgimiento literario. Pero a su vez son voces que han sido acalladas, marginadas y castigadas por atreverse a escribir, a hablar y a expresar emociones y sentires que ante los ojos de una sociedad patriarcal se convierten en quejidos y lamentaciones producto de la esencia del ser mujer. Pero ante los ojos de las mujeres son una forma de enunciar y dar cuenta de lo que no se dice, de lo que se calla. Chaucer3Geoffrey Chaucer (1343-1400), fue un escritorfilósofodiplomático y poeta inglés, autor de los Cuentos de Canterbury. Es considerado el poeta inglés más importante de la Edad Media., en La burguesa de Bath, de manera virulenta expresaba:

“¿Por Dios que si las mujeres hubieran escrito historias, como los clérigos componen sus oratorios, habrían escrito tantas maldades de los hombres que toda la casta de Adán no podría repararlas” (97)

Pero Pizan en su Epistre au dieu d´Amours cuestiona los comentarios, las palabras de las que se sirven los hombres para difamar las costumbres de la mujer. “¿Cruel sociedad aquélla en que la palabra tiene el poder de encerrar al otro en una imagen repelente!”.

Cabe preguntarse si las mujeres en la Edad Media eran prisioneras de la palabra de los hombres, cómo en el devenir histórico y político, el silencio obligado e impuesto a las mujeres, se ve interrumpido por aquéllas que osaron y se atrevieron a tejer historias, argumentos y teorías en torno a la palabra escrita, pero también a la palabra oral.


 

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    Historia de las mujeres. Tomo 4 La Edad Media. Huellas, imágenes y palabras. Bajo la dirección de Georges Duby y Michelle Perrot. Taurus Ediciones
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    Las beguinas eran una asociación de mujeres cristianas, de diferentes clases sociales, contemplativas y activas, que dedicaban su vida a la ayuda a los desamparados, enfermos, mujeres, niños y ancianos, y también a labores intelectuales.
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    Geoffrey Chaucer (1343-1400), fue un escritorfilósofodiplomático y poeta inglés, autor de los Cuentos de Canterbury. Es considerado el poeta inglés más importante de la Edad Media.